martes, 18 de octubre de 2011

L´amour.

Queridos “secreadictos”;

¿No habéis tenido nunca un día en el cual puedes pasar de estar contenta y parlanchina a tener unas ganas locas de meter cuatro gritos bien dados y dar algún que otro portazo? Pues así estoy hoy ¡vivan los cambios de humor sin ton ni son!

Ha sido un día bastante bueno en la academia en el que por fin ha habido un acercamiento con “Yo me lo guiso, yo me lo como”. Realmente es un chico agradable. Pese a que en una primera impresión pueda parecer algo serio y huraño, después de unos cuantos saludos corteses y alguna que otra pregunta sobre una materia hemos cogido una cierta confianza el uno con el otro, contado alguna que otra cosa y compartido asiento en clase mientras reíamos a espaldas del profesor sobre algún comentario realizado por este y es que… ¡realmente es digno de ver a mi profesor de economía en acción! Pero seguramente os estaréis preguntando de que va toda esta historia y creo que no me va a quedar otro remedio que poneros nueva mente al día sobre mi vida pues ayer, creo recordar, no me dio tiempo a contaros mis enredos sentimentales ¡oh, lalá! (tampoco os emocionéis que no hay gran cosa jaja)

Supongo que tendré que retomarlo todo a raíz, nuevamente, del fallecimiento de mi padre. Tras la muerte de mi progenitor no todo el mundo me dio la espalda (gracias a Dios), algunas personas estuvieron a mi lado ofreciéndome metafóricamente su hombro para llorar y digo metafóricamente porque una de las personas que me ofreció consuelo y cariño fue un chico de Galicia al que llamaremos mmm… “Clavó un clavito” (si conocéis el trabalenguas pronto deduciréis su nombre xD). La historia de cómo conocí a “Clavó un clavito” es tan larga que permitidme que me la ahorre y pase a contaros lo que realmente importa que no es otra cosa que el comienzo de lo que fue mi primera relación seria. Sé que muchas personas no consideran “relación” a aquello que yo tuve con ese chico debido a la distancia y es comprensible pues yo misma antes de vivir algo de ese estilo también tachaba de absurda tales relaciones pero… ¡ay, que equivocada estaba! Lo que comenzó siendo una distracción para aparcar un poco el dolor que ocupaba mi interior acabó convirtiéndose en algo que me ilusionaba, que me daba ganas de levantarme de la cama cada día, en, y siento ser cursi pues no es muy propio de mí, el sentimiento mas puro que jamás pude sentir. Si, me enamoré, me enamoré como una cría boba de “Clavó un clavito”, lo único que me preocupaba era su felicidad, su bienestar y los mejores momentos que tenía en el día era cuando hablaba con él. Pero pese a que fue una relación, bajo mi punto de vista, bien bonita, los problemas no tardaron en surgir. Empezaron las discusiones sin sentido, los comportamientos propios de niñatos, el cansancio de no poder tocar, abrazar y besar a esa persona, pero pese a todo eso seguimos luchando ambos por sacar adelante lo que muchos tachaban de relación imposible. Lamentablemente, aunque ambos intentamos dar todo de nosotros para conseguir que el amor pudiera mas que la distancia, tras un año y medio “juntos” nuestra historia se fue al garete. Sin duda ponerle fin a esa relación fue de las decisiones mas difíciles de mi vida pero ¿qué puedo decir? me cansé de llorar y sufrir. ¿Qué si le quería pese a tomar esa decisión? Si, indudablemente si, pero aunque suene egoísta, me quería mas a mí.

Tras unos meses en los cuales pensé que nunca volvería a encontrar a alguien que me quisiera (ahora me sorprende ese pensamiento tan inverosímil, pero en su momento realmente pensaba así) la ilusión volvió a apoderarse de mi ya que conocí, nuevamente de una manera un tanto especial, a “Catacrocket” y caí, caí de una manera increíble. Volví a sonreirle a la vida pero he de admitir que esta vez no dejé que los sentimientos se apoderaran de mi y actué de una manera que podría definirla como fría. ¿Quería a “Catacrocket”? Sí, me di cuenta de eso casi al segundo de conocerle; ¿demostraba ese amor? No,es mas, a día de hoy creo que él no se hace ni una mínima idea de lo que le quería y de lo importante que era para mí, pues aunque dentro de mi deseaba poder mostrarme abierta, poder darle un abrazo o un beso sin tapujos, algo me lo impedía y ese algo era el miedo. Le tenía (y creo que aún se lo tengo) pánico a inmiscuirme demasiado en una relación, a que alguien se volviera nuevamente imprescindible para mi y fuera dueño de mis sentimientos y emociones. Pese a ello y aunque duró bastante menos que mi relación con “Clavó un clavito”, mi historia con “Catacrocket” fue mucho mas intensa. Sentí y viví a su lado cosas que jamás antes había experimentado y no tardamos en integrarnos mutuamente en nuestra vida cotidiana (conociendo tanto a amigos como a familiares) aunque nuevamente la distancia hacía de las suyas y complicaba las cosas, pues él en el inicio de nuestra relación vivía en Huelva, no en mi ciudad, pero ¿qué era para mi una hora de distancia cuando ya había tenido que soportar tener a cientos de kilómetros de mí a mi primer gran amor? quizás por ello, por mi anterior experiencia, no me di cuenta de lo que esta situación afectaba a “Catacrocket” pese a que cada día que pasaba le notaba un poco mas distante. Tanto es así que él decidió cortar por lo sano el día que desde luego menos me esperaba.

En junio realizamos nuestro primer (y último) viaje juntos. Íbamos a Madrid, acompañados por sus amigos, a ver un concierto de “Avenged Sevenfold” (pese a mi apariencia me va bastante la música heavy metal, rock, etc.). Que puedo decir, emocionada es una palabra que se queda corta para definirme pues iba a ver a uno de mis grupos favoritos en directo y encima acompañada de mi novio ¿qué mas podía pedir? Pasamos un día genial y él fue mas cariñoso y atento conmigo que nunca por lo que estaba como en sueño, hasta que ese sueño se volvió una pesadilla. Al salir del concierto y mientras nos encaminábamos a un parque donde pasar la noche a la interperie, él volvió a tener esa actitud distante conmigo que un mes antes había empezado a apreciar y tan distante fue que acabó diciendo esas palabras temidas por todos: “tenemos que hablar”, un topicazo literario en toda regla que consiguió hacerme temblar de pies a cabezas; Permitidme nueva mente que no entre en detalles sobre la conversación pues a día de hoy sus palabras aun son pequeñas puñaladas en mi corazón, solo diré que expresó claramente sus dudas sobre lo que sentía hacía mí y que optó, como ya dije anteriormente, por cortar por lo sano dejándome tirada en Madrid (tirada no por el hecho de haber cortado conmigo, sino porque me dejó sentada sola en un banco de un parque de la ciudad en plena madrugada xD). Y de esta forma tan ¿entrañable? tuvo fin la relación que, a día de hoy, mas me ha marcado.

La verdad es que si con la ruptura de “Clavó un clavito” lo pasé mal con esta creí morir. Recuerdo mirarme en el espejo y verme pálida y ojerosa mientras por mi mente únicamente cruzaba pensamientos tales como “que estúpida eres, ¿cómo creístes que alguien podría quererte y tomarte en serio?”. Si, he de admitir que mi autoestima quedó reducida a cenizas pero lo que es la vida, ahora que he renacido de entre ellas mi querido “Catacrocket” ha vuelto a mostrar interés en mí, un interés que de haberlo demostrado anteriormente cuando estábamos juntos, a día de hoy estaría contando una historia completamente distinta.

La verdad es que en un primer momento, cuando él me pidió volver y me repitió una y otra vez que se había comportado como un inmaduro y que me extrañaba, la felicidad me embargó y el deseo de volver a su lado se hizo tan intenso… pero pronto me di cuenta que de volver con él me estaría haciendo una desgraciada pues tarde o temprano las dudas volverían a florecer en su interior y yo sería la perjudicada; así que nuevamente he decidido quererme mas a mí que a los demás y aunque bien es cierto que no le he dicho “no, no pienso volver contigo” para no cerrarme una posible puerta, tampoco he corrido a sus brazos, cosa de la cual me enorgullezco enormemente.

De esta forma en estos momentos me encuentro sin pareja y ¿sabéis que? me alegro, me alegro muchísimo porque extrañaba esa libertad que solo la soltería te puede dar, extrañaba poder fijarme en un chico y decir a voz en grito si quisiera “pero miralo que mono que es” , extrañaba que mi mente se sintiera tranquila y sosegada, sin preocuparse en demasía por alguien, extrañaba ¿por qué no decirlo? tontear, sin malicia alguna, con algún chico…

Y justo en ese aparto entraría “Yo me lo guiso, yo me lo como” pero… ¿será el único? Quien sabe, lo único que sé es que tengo 19 años y unas ganas locas de disfrutar de la vida sin complicaciones, divertime sin lastimar a nadie, entrar, salir, hacer nuevos amigos y conservar a los que ya tengo… y si algo tengo claro es ¡que no me cerraré ninguna puerta!



Sed felices.

Att.

Dela.

¡Cotilleo realizado!

3 comentarios:

  1. ¿¿"Clavo un clavito" ?? con este no te has comido la cabeza XDD

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  2. Otras Lo que te ha dichoooo
    Con el que no se Lo ha curado es cratacroket

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  3. Buahahaha no me lo he currado con ninguno en verdad xD por el otro cuando os diga el porqué lo vais a ver to obvio xD

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